Las armas blancas son instrumentos lesivos utilizados manualmente y que atacan la superficie corporal a través del filo. De acuerdo a su mecanismo de acción, las heridas que producen se clasifican de la siguiente manera:
• Heridas punzantes. Heridas cortantes. • Heridas punzocortantes. • Heridas corto-contundentes. Heridas Punzantes
Son producidas por instrumentos de forma alargada, de diámetro variable, de sección circular o elíptica, que terminan en una punta aguda. Se trata de cuerpos cilíndricos o cónicos alargados en forma de punta afilada. Estos instrumentos pueden ser naturales (espinas, aguijones) o artificiales (alfileres, agujas, flechas, clavos, lanzas, etc.).
Los instrumentos punzantes penetran en los tejidos actuando como una cuña, disociando y rechazando lateralmente los elementos anatómicos del tejido que atraviesan. Cuando el instrumento tiene cierto grosor, existe un verdadero desgarro al vencer los límites de elasticidad. Por lo tanto, la parte principal de estos instrumentos es la punta porque concentra la fuerza en una superficie relativamente limitada.
Las heridas provocadas por estos instrumentos punzantes se establecen por la existencia de un orificio de entrada, de trayecto más o menos largo o cuando atraviesan completamente una zona del cuerpo, es decir, cuando también poseen orificio de salida.
El orificio de entrada por lo común se ubica en la piel, raramente en las mucosas. Cuando el instrumento es muy fino que no sobrepasa los límites de elasticidad, se ve reducido a un punto de color rojizo o rosáceo, cuya huella puede desaparecer en 72 horas o menos. Aunque el orificio de entrada sea pequeño no quiere decir que la herida sea leve, puesto que las lesiones de apariencia insignificante pueden tener graves consecuencias por su capacidad para alcanzar órganos vitales. Además, las complicaciones de tipo infeccioso pueden agravar el pronóstico. En otras ocasiones, el instrumento se rompe y se alojan partes del mismo en el fondo de la lesión.
Cuando el instrumento es más grueso, con lo que su diámetro sobrepasa el límite de elasticidad de los tejidos, el orificio adopta la forma de una hendidura de ángulos ligeramente redondeados. Los ángulos pueden ser casi perfectos e iguales.
La forma y la dirección del orificio de entrada es de mucha importancia médico-legal, debido a que en ello reposa buena parte del diagnóstico del instrumento responsable. De allí partieron las leyes de Filhos y Langer.
La dirección del orificio está determinada por l que tengan las fibras elásticas de la dermis. Si se conoce este dato, puede preverse la dirección del orificio en las distintas regiones del cuerpo, y si coinciden ambas direcciones sirve como comprobación de que la herida ha sido producida por un instrumento bicortante (doble filo). El trayecto de las heridas producidas por instrumentos punzantes está constituido por un canal que atraviesa los tejidos que forman parte de la lesión. En el cadáver, este trayecto se señala por una línea rojiza que es el resultado del derrame de sangre en su interior. Pero la característica principal de este tipo de heridas se produce cuando el trayecto incluye diferentes tejidos superpuestos por planos, de esta forma se produce la misma regularidad que para el orificio en la piel.
Cuando existe el orificio de salida, es común que sea irregular, comparado con el de entrada porque la piel se perfora de adentro hacia fuera y de esta manera da lugar a una especie de “estallido”, con lo que suelen producirse fisuras y rupturas atípicas. Su tamaño suele ser menor que el del orificio de entrada, esto se debe a la forma cilíndrico-cónica del instrumento, con lo que su extremidad libre es de menor diámetro.
En cuanto al pronóstico de este tipo de heridas, es importante mencionar que generalmente es bueno, aunque depende de diferentes factores como: zona herida, profundidad de la lesión, limpieza del arma. Las circunstancias que agravan el pronóstico son: que la herida penetre en una cavidad, que haya afectado órganos vitales o de importancia funcional, que la contaminación del arma produzca una infección en un área profunda.
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