Cabría pensar, y con cierta razón, que la criptografía es coto exclusivo de espías y gobiernos. De hecho ha sido así durante muchos años, pero eso se acabó. Ahora que tenemos cada vez más datos personales en las redes en internet, la necesidad de proteger esta información es mayor que nunca.
La criptografía consiste en tomar información en formato de texto plano y cifrarla -codificarla- de manera que sea ininteligible. Para ello se emplea un algoritmo y una 'clave' o información secreta. Los piratas pueden obtener el texto cifrado e incluso conocer el método de codificación, pero sin la clave les será imposible acceder a los documentos.
Cómo se cifran los documentos con seguridad
La criptografía es más importante que nunca y las reglas del juego cambian constantemente. En la actualidad, el estándar supremo en materia de cifrado es el RSA. Su nombre procede de las iniciales de sus tres creadores -Ron Rivest, Adi Shamir y Leonard Adleman-, todos ellos profesores del Instituto Técnico de Massachusets (MIT).
La norma, creada en 1977, se puede describir mediante la analogía siguiente: una persona envía una caja fuerte abierta a otra para que esta última deposite en ella un mensaje cifrado. La persona que ha enviado la caja fuerte es la única que tiene la llave para abrirla y leer el mensaje que contiene.
El algoritmo RSA se basa en la utilización de dos números primos grandes que, multiplicados entre sí, permiten obtener un número todavía más grande. Si tienes la clave es fácil factorizar el resultado; si no, resulta prácticamente imposible.
"En la actualidad no conseguimos factorizar números compuestos de más de 600 cifras. Aunque tuviéramos ordenadores ultrapotentes, se necesitarían décadas para hacerlo", destaca David Pointcheval. Pero, si es así, ¿nuestros datos están completamente protegidos?.
Si la respuesta es no, no dudes en ponerte en contacto conmigo para proteger tus datos o los de tu empresa.
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